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MIRIAM CALLEJO / re(en)torno
Si hay algo que verdaderamente caracteriza la obra de Víctor Alba, no es el paisaje como tema principal, ni la experimentación técnica; es la coherencia en su trayectoria. Sus series, aunque disten temática, estética o técnicamente, se relacionan unas con otras dejando un poso inconsciente para una siguiente serie de obras que, aún, ni siquiera ha llegado a estar en la mente de Víctor. Esto mismo ocurre con su tema fetiche; no importa sobre qué soporte, qué materiales emplee o en qué elementos se fije.
El paisaje que vemos actualmente es un cúmulo de modificaciones y procesos anteriores que lo van modificando, no sin dejar una huella de lo que anteriormente fue. Puede ser de numerosos tipos; marítimo, fluvial, natural, urbano, de montaña, desértico… El paisaje, como espectadores voluntarios o involuntarios, como sus habitantes, nos define como ser humanos, nos identifica con un lugar o nos reactiva la memoria hacia recuerdos prácticamente olvidados.
Con Re(en)torno, Víctor Alba nos lleva a fragmentos de vistas que podemos fácilmente identificar con el paisaje cántabro; las características rocas en la playa bañadas por la espuma de las olas, los infinitos horizontes del Cantábrico, la mutación de los colores de las montañas a lo largo del día… estampas que bien podrían verse en Isla o desde el Cincho, pero que se aglutinan en la sala Embajadores de Cantabria del Observatorio del Arte.
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